Moderna enfrenta desafíos en sus previsiones de ingresos y reduce inversión en investigación y desarrollo
La compañía biotecnológica Moderna ha ajustado su proyección de ventas para 2025, estimando ingresos de entre 2,5 mil millones y 3,5 mil millones de dólares. Esta previsión refleja la incertidumbre que aún pesa sobre los mercados de COVID-19 y del virus respiratorio sincitial (RSV) en los EE. UU., así como el reto de diversificar sus productos ante la disminución de las ventas de la vacuna contra el COVID-19, que ha sido la principal fuente de ingresos desde 2020.
Analistas habían anticipado que Moderna generaría ingresos entre 3,27 mil millones y 3,74 mil millones de dólares para los próximos dos años, cifras que ahora se ven menos optimistas, situando a la empresa en un momento de transición crucial. El director financiero de la compañía, James Mock, reconoció que la introducción de nuevos productos, incluidos los desarrollados con su plataforma de ARN mensajero, tardarán más de lo esperado en generar ingresos significativos. Moderna prevé que estos nuevos productos, como su vacuna RSV y su vacuna combinada contra la gripe y COVID-19, comiencen a tener impacto hacia 2028.
Uno de los pilares de su estrategia es la vacuna mRESVIA para el RSV, ya aprobada en adultos mayores de 60 años. Moderna espera ampliar su uso a adultos con mayor riesgo, menores de esa edad, para lo cual planea presentar una solicitud ante la FDA antes de finalizar el año. La competencia en este segmento es fuerte, con Pfizer y GSK como sus principales rivales. En paralelo, Moderna ha decidido retirar su solicitud de aprobación acelerada para una vacuna contra la gripe independiente, centrándose en su desarrollo combinado con la de COVID-19, lo que representa un movimiento estratégico hacia la diversificación de sus productos.
No obstante, la compañía ha anunciado que reducirá su gasto en investigación y desarrollo (I+D) en mil millones de dólares, comenzando en 2026, para equilibrar sus cuentas. Este ajuste refleja la necesidad de priorizar los recursos en productos cercanos a la comercialización, mientras que sigue enfrentando la volatilidad del mercado post-pandémico.
A pesar de estos recortes, Moderna confía en que las ventas de sus productos, una vez aprobados, experimentarán un crecimiento anual del 25% entre 2026 y 2028. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto, y las acciones de la compañía han caído más de un 10%, volviendo a mínimos de hace casi un año tras el anuncio de las revisiones a la baja de sus proyecciones de ingresos.
La estrategia de recorte en I+D y el enfoque en la aprobación de nuevos productos es un indicativo de los desafíos que enfrenta Moderna para mantener su liderazgo en el mercado de vacunas post-pandemia. Con una base de efectivo de 6 mil millones de dólares prevista para finales de 2024, la empresa tendrá que gestionar cuidadosamente sus inversiones para asegurar su competitividad a largo plazo.
Comentarios sobre la situación financiera y estratégica de Moderna
La reciente revisión a la baja de las proyecciones de ingresos de Moderna refleja el complejo entorno en el que se encuentra la compañía. Si bien la empresa sigue siendo un jugador clave en el sector biotecnológico, los desafíos post-pandemia han evidenciado la necesidad de diversificación en su portafolio. Con las ventas de la vacuna contra el COVID-19 disminuyendo, Moderna está apostando por nuevas terapias basadas en su tecnología de ARN mensajero (mRNA), como la vacuna contra el RSV y su combinación con la vacuna de la gripe. Sin embargo, la aprobación de estos productos y su capacidad para generar ingresos sustanciales en el corto plazo siguen siendo inciertas.
El recorte en I+D, aunque necesario para mejorar la eficiencia financiera, podría tener implicaciones a largo plazo si la empresa no mantiene un balance adecuado entre el desarrollo de nuevos productos y el control de costos. La decisión de reducir 1.100 millones de dólares en gastos de investigación a partir de 2026 refleja un intento de reestructurar prioridades. No obstante, esto podría ralentizar el desarrollo de futuros tratamientos innovadores, lo que a su vez podría afectar la competitividad de la empresa en un mercado altamente dinámico.
Desde una perspectiva bursátil, la caída superior al 10% en el precio de las acciones tras el anuncio es un indicativo claro de la preocupación que los inversores tienen sobre el futuro crecimiento de ingresos de la empresa. La expectativa de volver a la senda de crecimiento en 2025 y generar un crecimiento del 25% entre 2026 y 2028 es positiva, pero está condicionada al éxito de los lanzamientos de nuevos productos, algo que los mercados aún ven con cautela.
En resumen, Moderna se enfrenta a un periodo de transición delicado. La capacidad de la empresa para navegar este escenario dependerá en gran medida de su éxito en la aprobación de nuevos productos y su capacidad para gestionar sus recursos de manera eficiente. Los inversores deben considerar estos factores y evaluar si las medidas actuales de recorte son suficientes para posicionar a Moderna como una compañía de crecimiento sostenido en los próximos años.
Análisis Técnico de Moderna
Las acciones de Moderna abrieron hoy con una fuerte caída, continuando con un patrón de descensos que ha dominado las últimas semanas. No hace mucho tiempo, el precio estaba probando los 167 dólares, un nivel que actuaba como resistencia clave. Sin embargo, ahora se encuentra muy cerca de un soporte crítico en torno a los 62,50 dólares. Si el precio rompe este soporte, podría retroceder hasta niveles no vistos desde 2020, lo que indicaría una debilidad significativa en su estructura técnica.
En este contexto, las medias móviles de 100 y 250 sesiones se sitúan claramente por encima de la cotización actual, lo que sugiere que la tendencia bajista ha ganado fuerza y que cualquier intento de recuperación enfrentará resistencia técnica significativa. Los osciladores técnicos, como el RSI (Índice de Fuerza Relativa) en escala semanal, se encuentran en niveles extremadamente bajos, rozando la zona de sobreventa extrema. Este indicador podría sugerir que el precio está llegando a un punto de agotamiento en la caída, aunque el panorama general sigue siendo negativo.