Las acciones de Bristol-Myers Squibb registran su tercera semana consecutiva de subidas tras publicar unos resultados que han superado las previsiones de los analistas. Este impulso ha permitido al precio romper su directriz bajista más inmediata y situarse por encima de su media móvil de 20 periodos, lo que refuerza la recuperación técnica del valor.
En el gráfico, la próxima resistencia se encuentra en la zona de los 49 dólares, mientras que el soporte más sólido se mantiene en torno a los 42,50 dólares, niveles que marcan los límites clave para el corto plazo.
Por el lado de los indicadores técnicos, el histograma del MACD muestra una estructura creciente, señal de fortalecimiento del momentum alcista; el RSI ha superado el nivel de 50 puntos, confirmando la entrada de presión compradora, y el indicador de flujos de capital se ha tornado positivo, apoyando la continuidad del rebote.
Perspectiva fundamental y de medio plazo
Bristol-Myers Squibb es hoy una apuesta de recuperación más que de brillo inmediato. La compañía sigue generando caja con sus tratamientos consolidados y ha puesto en marcha una nueva oleada de productos que deberían sostener el crecimiento en los próximos años, apoyada además por varias adquisiciones recientes. El reverso es claro: tramo 2025 volátil, impacto de patentes que expiran y más exigencia en integración. En conjunto, encaja para un inversor paciente que busque salud con potencial a 18–36 meses; menos adecuada si se necesita visibilidad rápida en resultados.
Bristol-Myers Squibb es una compañía biofarmacéutica global con una sólida presencia en el desarrollo de tratamientos oncológicos, cardiovasculares e inmunológicos, destacando por su enfoque en terapias innovadoras que combinan ciencia y biotecnología.










